Estamos en un momento de la historia en el que dar la impresión de un lujo ostentoso no es moderno, no es “cool”. El concepto del lujo por el lujo,  se pone en tela de juicio, en buena medida, porque suena a una oferta desbordada de posibilidades de consumo. El lujo no se puede ofrecer en grandes cantidades, sino que debe ser exclusivo, casi único. Y por descontado no es algo  que se consigue sólo con dinero.

Hay que llegar a captar y a transmitir lo que entraña el lujo de lo íntimo, de lo exquisito, de lo que no llama la atención, de lo que acarrea un placer individual, desde un fin de semana en una casa rural, con un buen libro,  a tener los medios económicos y la sensibilidad de poner en marcha un hospital para niños desahuciados. No es una quimera; lo hizo un gran escritor contemporáneo.

Es un lujo, decimos en tono coloquial, aquello  que nos hace soñar  frente a lo que alguien llamó “la intoxicación de la prosperidad”.

No hablo de forma subjetiva. A lo largo de mi vida profesional he cambiado impresiones con varios números 1 de  los grandes imperios del lujo y coinciden en un matiz que vale la pena recordar: Weinberg, por ejemplo, Presidente, en aquel momento de mi entrevista, de Printemps-Pineau-Redoute me comentaba que  “El gran cambio, necesario en este mundo, es comprender que el lujo lo llevamos dentro“.
Este punto de vista es compatible, por otra parte,  con lo que  directivos de grandes almacenes europeos tan representativos como Selfridges en Londres o Printemps en París, explican el éxito insólito de sus zonas dedicadas a firmas exclusivas. En espacios abiertos al gran público estos artículos se  venden mejor que en las tiendas más elegantes, por una razón: hay personas que jamás se atreverían a entrar en una buena joyería y, sin embargo, se encuentran muy a gusto en estos “corners”. Les gusta  comprar allí artículos de lujo, porque sienten que es algo también asequible para ellos y no sólo para una princesa de cuento.

Ralph Lauren, el americano que salió del Bronx,  que se ha convertido en un mito dentro del mundo del lujo, con la sencillez característica de quien se ha hecho a sí mismo, repite  que él siempre ha definido, tanto su moda como su empresa, como un estilo de vida, el famoso y repetido “life style”. En cada detalle de sus colecciones, de su interiorismo, transmite la esencia de su trabajo: “Nunca he perseguido un lujo aparatoso. Mí objetivo ha sido y sigue siendo unir el buen gusto y la imaginación a la calidad. Todo tratando de orientar lo que hago con un sentido práctico:  quiero ayudar a la gente a vivir de acuerdo a sus aspiraciones.”

Podría citar muchos ejemplos de quienes  dedican su tiempo,  en el entorno del lujo, en su sentido más comercial,  y  vuelcan su talento  aportando a cada producto, “calidad, sentido estético, evolución, solidez, coordinación, sinergia y visibilidad”.

Voy a terminar citando a una mujer, Coco Chanel, que marcó el Siglo XX con un sello de modernidad y de clase, de lo que los franceses y, todos con ellos, llamamos “ALLURE” versión casi sublime e intangible de ese “lujo asequible” con el que todos podemos  soñar.

Paul Morand, recoge en un libro sobre este personaje algunas de sus ideas, tan geniales como lo que  plasmó en su obra. “En el origen de la creación está la idea. La idea es la semilla, el germen. Para que la planta crezca necesita la temperatura perfecta. Este clima es el lujo. La moda tiene que nacer en el lujo- que no quiere decir 25 mujeres elegantes- El lujo es el genio del artista capaz de concebirlo y de darle forma. Esta forma se expresa, se traduce, se difunde gracias a millones de mujeres que la adoptan.”

Chanel es en cierto modo la precursora del prêt-a porter. “La moda no existe si no llega a la calle repetia. La moda que se queda en los salones no significa más que un baile de trajes.

He pensado, más de una vez, que tenía Chanel tenía que haber conocido a nuestro genial Amancio Ortega. Coincidían en su empeño por  ayudar a vestir bien a muchos miles de personas en el mundo. ¡Todo un lujo de manera de pensar que les ha dado un puesto de honor en la historia de la moda!.

Covadonga O´Shea